¿Que es el Socialismo del siglo XXI?
La
Revolución Bolivariana
Es un proceso de socialización que abarca todos
los ámbitos de la vida social. Desde 1999, este proceso se ha ido
desarrollando, socializando cada vez más elementos, incluso aquellos
intangibles como el derecho del pueblo de decidir sobre su propio destino. En
medio de crisis del neoliberalismo surge el Socialismo del Siglo XXI, un proyecto emancipador por primera vez
enunciado en el Ecuador por el Presidente Rafael Correa, en la histórica
ceremonia de Zumbahua. Un proyecto que pretende encauzar por nuevas vías a las
fuerzas sociales identificadas con el cambio social. El Socialismo del Siglo XXI "Es un socialismo
que ha preferido sintetizar la herencia cultural,
social, histórica y política de sus raíces y fuentes
originarias – el socialismo indoamericano, la resistencia
cimarrona afroamericana, la teología de la liberación, el bolivarianismo y la
gesta independentista de nuestros libertadores, el marxismo, el
ecosocialismo, la perspectiva de género, la democracia de la
calle y la revisión crítica de los
postulados del socialismo real – antes que cavilar en la ya conocida
incertidumbre de extrapolar disciplinas fundamentadas en visiones
eurocentristas o asiáticas de organización de la sociedad".
En primer lugar El Socialismo del Siglo
XXI, pues, se declara antineoliberal. En segundo lugar, el colapso del
socialismo histórico, o socialismo real
como se le conoce más comúnmente, ocurrido entre los años 1989 y 1990, que
provocó la desintegración tanto de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS) surgida con la Revolución de 1917, como de los países de Europa Oriental incorporados
a la órbita comunista al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Este acontecimiento provoca, entre otros, dos efectos concurrentes: la crisis
de los viejos paradigmas sobre
los cuales se edificó el socialismo del siglo XX, entre ellos el paradigma del
sujeto de la revolución; y la construcción de un mundo unipolar que desplaza el
eje Este-Oeste hacia el eje Norte-Sur.
El Socialismo del Siglo XXI se construye n diálogo y confrontación,
al mismo tiempo, con
el socialismo real del siglo XX, y
se levanta como un nuevo paradigma que responde a las exigencias de los países
del Sur, especialmente de América Latina. Podría
decirse que el Socialismo
del Siglo XXI se construye como fruto de
una negación dialéctica del
socialismo real, esto es negación de lo viejo y recuperación de lo nuevo que
está en germen. Existen, pues, afinidades y diferencias. La primera afinidad, la más elemental, es que ambos tipos de socialismo se declaran anticapitalistas; comparten
una matriz conceptual que tiene que ver con lo que Marx denominó el cambio de las relaciones sociales de producción. Ambos comparten
la idea de transformar las relaciones de explotación en relaciones de solidaridad. Lo que caracteriza al capitalismo es el postulado de la supremacía del capital sobre el trabajo, y este postulado determina la organización de la sociedad. El capitalismo subordina y condiciona el trabajo humano a las necesidades de acumulación de capital,
asignando al mercado un rol preponderante. La Revolución rusa de 1917 se
propuso liberar al trabajo de la tiranía del capital. Pero de allí surge la primera divergencia. El socialismo
real, lejos de caminar por el sendero abierto por Marx, compartió con el
capitalismo una noción de desarrollo que privilegió los factores tecnológicos sobre los
humanos, impulsando procesos de industrialización que cobraron millones de vidas.
"Los soviéticos no solo fracasaron por la prácticas burocráticas del
Partido, sino porque reprodujeron la lógica de la acumulación capitalista en una óptica economicista y tecnocrática: no eliminaron la extorsión del trabajo, aplicaron el desarrollo
científico-técnico sin crítica, apoyaron el taylorismo, bautizado por la época como
stajanovismo". El socialismo real
no logró comprender la teoría marxista sobre las relaciones de producción y generó una
oposición equivocada que aún hoy sigue siendo fuente de controversias, la
oposición entre propiedad privada y propiedad estatal. Correa prefiere hablar de
democratización de la propiedad antes que de estatización de los medios de producción. "Se pueden estatizar – dice –
ciertos medios de producción y hay sectores claves donde debe ser el Estado el que tenga la propiedad sobre esos medios de
producción. Pero, hablar en el siglo XXI de la estatización de todos los medios
de producción y la eliminación de la propiedad privada sencillamente sería una
locura". En términos más teóricos, el pensador norteamericano Eugene
Gogol, explica esta situación diciendo que "la liberación-emancipación
exige como condición un cambio en las relaciones de producción, de las cuales
el problema de la propiedad es solo un aspecto". La democratización que
plantea Correa tiene que ver tanto con el proceso como con el contenido. No se
trata de eliminar la propiedad privada sino de extenderla progresivamente a los
más amplios sectores de la sociedad, y se trata de hacerlo por la vía legal, al
menos durante esta fase del proceso.
¿Qué es verdaderamente El Socialismo del Siglo
XXI?
En este apartado trataremos de responder a este
cuestionamiento, para ello usaremos el texto Oscar Reyes “Sobre el socialismo de siglo XXI en Venezuela” como marco teórico
del discurso Bolivariano. Haremos hincapié en el aspecto económico y
especialmente en lo que respecta en el tipo de propiedad, sin dejar de ver,
pero de manera superficial, los diferentes niveles de análisis de una sociedad,
es decir los niveles Sociales, políticos e ideológicos de Venezuela.
Según Oscar Reyes “…el régimen de propiedad en
un socialismo del siglo XXI parecería tender a ser de tipo mixto”. Para consolidar su
argumento el autor nos muestra en su artículo una cita de Chávez que dice:
No queremos sustituir la inversión privada, lo que queremos es unirnos
con la inversión privada, queremos seguir oyendo y oír con más claridad y con
más atención cada día. Pero luego que trabajemos todos juntos en función de la
estrategia y con las libertades que el país ofrece y el sistema político ofrece
(…) Hay que considerar que la producción privada en la Constitución tiene ahora
un nuevo sector que hay que apoyar, y que nadie lo vea mal: el cooperativismo.
El cooperativismo es parte del nuevo
modelo económico (…) Porque eso es fundamental para el nuevo modelo socioeconómico: la inversión
social, para incrementar la capacidad de nuestro pueblo, para el pensamiento y
para la acción, para el trabajo[1].
Reyes argumentan al igual que otros intelectuales Chavistas “…el reto que se propone la dirigencia venezolana en el gobierno es
verdaderamente colosal, porque se trata de lograr algo así como la cuadratura
del círculo, de encontrar un sistema en cuya búsqueda han fracasado no sólo
algunas de las inteligencias más lúcidas de Europa, América y el resto del
mundo, sino también de implementarlo, algo en lo que igualmente han fracasado –
a veces parcialmente, a veces rotundamente- sociedades con tradiciones
culturales e históricas tan esplendorosas como Rusia, China o Alemania Oriental”.
Ahora bien, ¿a quién favorece que se mantenga
la propiedad privada?, estas medidas tomadas por el Presidente venezolano ¿crea
las condiciones para que Venezuela llegue al Socialismo y elimine la explotación
de un sector de la sociedad por otro?
Nuestra respuesta es que el
llamado “socialismo del siglo XXI” no favorece a la transición de una
sociedad capitalista a una sociedad Socialista y por ende no a de eliminar la
explotación de un sector al otro, aunque en realidad es en el comunismo donde
no existiría la explotación de un individuo sobre el otro. Mejor dicho el
Socialismo del siglo XXI no tiende a superar al sistema Capitalista, sino
tiende a extender su vida.
¿Por que decimos esto?
Según vemos la convivencia de un sector publico con uno privado no generaría de
por si el socialismo, ya que ambos sectores entrarían en conflicto y competirían por ganar en el
mercado. O como dice Engels “Los medios de producción y la producción se habían convertido esencialmente
en factores sociales. Y, sin embargo, veíanse sometidos a una forma de
apropiación que presupone la producción privada individual, es decir, aquella
en que cada cual es dueño de su propio producto y, como tal, acude con él al
mercado” (…) “… la producción de
mercancías tiene, como toda forma de producción, sus leyes características,
específicas e inseparables de la misma; y estas leyes se abren paso a pesar de
la anarquía, en la misma anarquía y a través de ella. Toman cuerpo en la única
forma de ligazón social que subsiste: en el cambio, y se imponen a los
productores individuales bajo la forma de las leyes imperativas de la
competencia. En un principio, por tanto, estos productores las ignoran, y es
necesario que una larga experiencia las vaya revelando poco a poco. Se imponen,
pues, sin los productores y aún en contra de ellos, como leyes naturales ciegas
que presiden esta forma de producción. El producto impera sobre el productor…”[2]. Como vemos en este pasaje
Friedrich
Engels, nos devela en su libro que a pesar de que allá una economía planificada
pero que en ella siga existiendo sectores privado, la competencia de mercado
hará que se recomponga el sistema capitalista a pesar de que la voluntad del
productor no quiera; porque si quiere subsistir deberá recurrir a las mejoras
de la producción que tiene como una de las consecuencia concentrar el capital y
aumentar la explotación del trabajador.
Un poco de Realidad
Para
profundizar la discusión, en este apartado veremos y analizaremos algunos
artículos periodísticos.
“1. (SBU) El 23 de diciembre,
durante una venta de vehículos Comerso en la Plaza de Caracas, el gobierno
venezolano (GBRV) vendió una parcela de 300 vehículos, incluidos los vehículos
fabricados en la empresa mixta Venezuela-Irán VenIran y Volkswagen importadors
libres de aranceles desde Argentina . El ministro de Comercio, Eduardo Samán
dijo que la república bolivariana de Venezuela (GBRV) había entrado en el
sector de la automoción con el fin de combatir la especulación capitalista que
permitió a los distribuidores de vehículos privados obtener ganancias de un 400
por ciento. "Si no pagáramos un arancel del 40 por ciento para cada
vehículo, podríamos vender autos a un precio menor también", dijo un
portavoz no identificado de la industria del automóvil a la prensa.
2. (SBU) Durante el acto,
Chávez amenazó a Fiat, Ford Motor, Toyota y General Motors, diciendo a los
fabricantes de automóviles que debían transferir su tecnología a empresas
locales o ser sustituidos por los fabricantes chinos, bielorrusos y rusos.
Chávez también ordenó el ministro de Comercio, Eduardo Samán inspeccionar una
planta de Toyota después de que rechazó un pedido GBRV para la fabricación de
"socialista" SUVs. "Si Toyota no quiere fabricar (lo que ordena
el GBRV), vamos a decirles que se vayan ... Esta es nuestra casa ... les vamos
a tomar el control, los vamos a expropiar, les pagan lo que vale, y luego vamos
a llamar a los chinos ", dijo Chávez.”[3]
Como
vemos en estos dos artículos Chávez sigue reproduciendo la lógica de producción
y de competencia capitalista y no trata de fomentar la Estatización de las
empresas automotrices o la creación de cooperativas con control obrero.
En
este artículo se puede inferir que el presidente venezolano posee intereses con
capitales Chinos cuyo nación Venezuela tiene estrecha relación comercial.
“Estos ejemplos
sugieren que el GBRV considera que las empresas del sector privado son
necesarias en el corto plazo, pero prescindibles cada vez más como Venezuela se
mueva más en el camino hacia una economía socialista[4].”
En
ningún momento de ambos artículos se denota la intención de que el sector
privado sea prescindible a corto plazo, ya que lo que Chávez desea es que si
las empresas que tienen intereses que choquen con los intereses de la Republica
Bolivariana, serán “expropiados[5]”
y serán “cedido[6]”
a otros capitales extranjeros, por ende a empresas privadas con una lógica
capitalista y no socialista.
“En su
discurso de año nuevo de 30 de diciembre, el presidente Chávez tuvo que admitir
que 2009 fue un año difícil para su gobierno. La crisis mundial del capitalismo
tuvo un gran impacto en la economía venezolana…” (…) “Para mantener el gasto
público, Chávez tuvo que tomar nuevas medidas. El 8 de enero, anunció una
devaluación de la moneda venezolana…” (…) “El problema es que esta medida no
ayudará a largo plazo. Por el contrario, aumentará la inflación, que ha
atormentado a los venezolanos durante el último par de años con tasas de 30,9%
para 2008 y 25,1% para el año 2009, la más alta en América Latina. Sólo un par
de días después de la devaluación, los precios empezaron a subir en todo tipo
de productos; el coste de los vuelos se duplicó y lo mismo pasó con muchos
dispositivos electrónicos, como ordenadores y portátiles, etc. El gobierno ha
prometido luchar contra la inflación, enviando a Eduardo Samán, el Ministro de
Comercio, a todas las tiendas que especulan y suben los precios
artificialmente. Esto ya ha tenido lugar en un número de tiendas, donde el
gobierno está amenazando con el cierre, la suspensión de la empresa[7]…”
Mientras el capitalismo se mantenga en su lugar, los
trabajadores venezolanos y los pobres serán perseguidos por los males de la
inflación, el desempleo y los recortes en el gasto social. Todos los intentos
de maniobrar dentro de los límites de la economía de mercado va a terminar
creando nuevas contradicciones
Conclusión
Como vemos este Socialismo del Siglo XXI no es más que
una forma de eliminar y controlar el
creciente ascenso del movimiento obrero.
Para lograrlo Chávez genero unas series de reformas en
las instituciones del Estado venezolano dándole más participación política a
los estratos bajos de la sociedad.
Estas reformas si bien produjeron una participación en
masa de la sociedad en la vida política, no alcanzan para que se produzca una
transición hacia el socialismo y por ende mayor distribución de las riquezas.
Las políticas chavista emulan y profundiza las
políticas de planificación Estatal keynesiana de las décadas del 50´y 60´,
época en que los gobiernos iberoamericanos aplicaban políticas de justicia
social, podemos ejemplificar con los dos gobiernos de Perón, donde los sectores
obreros participaban de la vida políticas del Estado, no con la misma magnitud
que el Venezuela hoy, esto hizo que los sectores obreros se alinien detrás del
gobierno de Perón.
Con
el discurso del Socialismo de Siglo XXI Hugo Chávez crea un mito fundante que
le da la posibilidad de organizar a las masas y poder dirigirlas. Creando un
discurso revolucionario y difundiéndolo por todos los medios y bajándolos a las
escuelas, al igual que los hicieron Mussolini, Hitler y Perón con un discurso
unificador. Pero en ningún momento las políticas económicas chavistas como
vimos anteriormente trata de superar la economía capitalista sino perpetuarla
bajo otra ideología.
[1] El Presidente habla con los empresarios desde el
Hotel Caracas Hilton, el miércoles 18 de septiembre de 2004.
[2] Engels, Friedrich, DEL SOCIALISMO UTÓPICO AL SOCIALISMO CIENTÍFICO, Edición digital
[3] El cable confidencial fue publicado por Wikileaks el
1ro de septiembre de 2011, fechado el 29 de diciembre de 2009. Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=135680&titular=chávez-promueve-la-transición-hacia-una-economía-socialista-amenaza-a-los-fabricantes-extranjeros-
[4] Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=135680&titular=chávez-promueve-la-transición-hacia-una-economía-socialista-amenaza-a-los-fabricantes-extranjeros-
[7] http://www.luchadeclases.org.ve/psuv/6629-la-expropiacie-los-bancos-el-congreso-del-psuv-y-la-reactivaciel-movimiento-obrero
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